jueves, 8 de mayo de 2008

ANTONIO MAENZA




un completo desconocido, un loco creativo, un genio incomprendido, ... un jonas mekas español. anotnio maenza fue un director de cine en formato de 16mm y super 8 a finales de los convulsos años 60. completamente al margen de los circuitos oficiales y de las tendencias o escuelas representativas de esos años, como aquellos "mesetarios" herederos de las jornadas de salamanca o los "modernos" de la escuela de barcelona y toda su gauche divine, realizó un cine muy personal, con rasgos inauditos en nuestro país y que en pocas ocasiones han conectado con alguna otra figura de nuestro cine, tal vez con el nunca bien valorado gonzalo suarez de sus primeros filmes o el iván zulueta del super 8. además de la figura de pere portabella que con sus filmes 59 ayudo a conseguir fuerzas y apoyos para darnos a conocer sus películas, así como para relacionarlo con parte de los jovenes autores catalanes del momento con los que entablo amistad, gente como felix de azúa, juan benet, hernique vila-matas o vicente molina-foix.

hay poca información sobre él y su obra a lo largo y ancho de la red, y por supuesto es imposible encontrar alguna de sus obras en cualquier tipo de formato. pero he recopilado una serie de textos y enlaces sobre la mítica figura de antonio maneza ...

breve descripción de sus figura y obra

Antonio Maenza (Cella, T., 1948 - Z. 1979). Realizador de cine de vanguardia. Realizó estudios en la Universidad de Zaragoza. Maenza en cine es un auténtico autodidacta con más intuición que habilidad; no obstante, su extraña y poderosa personalidad le hace ganar voluntades. Su idea del cine, fantasiosa y mítica, gana la confianza del Departamento de Actividades de la Universidad y logra una subvención que, junto a otras ayudas particulares de amigos zaragozanos, le permite rodar su film underground titulado El «lobby» contra el cordero, donde anima una larga historia (cuatro horas largas de proyección), que ensayaba una ficción caótica («documentales incorporados, escritos sobre el celuloide, retazos-detritus de films comerciales procesados y coloreados a mano», como resumía el propio Maenza, con sentido del humor), caótica y pop, cuyo espíritu apunta hacia complejos de autoridad paterna, sociales y políticos, con la incorporación masiva de símbolos no demasiado bien asimilados por su autor, que tienen mucho que ver con el surrealismo de Buñuel y los deseos «epatantes» de todo joven con ansias de llamar la atención.
Desplazado a Barcelona, los intelectuales catalanes le apoyan entusiásticamente al principio (Pere Portabella le produce un film), pero cansado ya, Maenza se traslada a Valencia, en cuya ciudad reanuda sus actividades cinematográficas en el campo de la experimentación y la vanguardia. Su muerte es otro episodio, casi tan fantástico como su propia vida: se dice que fue internado en un centro psiquiátrico y se apunta también la posibilidad de que fuera un suicidio. Con la muerte de Antonio Maenza el cine perdió un realizador fascinante de verdad.
En VI-1991 afloraron materiales fílmicos supuestamente maencianos en Barcelona. Pablo Pérez y Javier Hernández, que habían estado tras la pista, confirmaron que se trataba de las copias finales sin sonorizar de El «lobby» contra el cordero y Orfeo filmado en el campo de batalla, y se responsabilizaron de un plan de recuperación y estudio de la obra de Maenza que les encargó el Departamento de Cultura del Gobierno de Aragón en 1993. El primer resultado de la investigación fue la aparición de los documentos y escritos del turolense en Valencia (los conservaba el profesor Vicente Ponce) y del copión del largometraje Hortensia, ubicado en el Archivo de Pere Portabella desde 1969. Todos estos materiales fílmicos se restauraron, se preservaron en copias de seguridad y se estudiaron minuciosamente. El resultado es el monográfico de los citados estudiosos Maenza filmando en el campo de batalla (Gobierno de Aragón, 1997) y la publicación de la novela Séptimo medio indisponible (Mira Editores, 1997). Este proceso ha desvelado no solamente un material bastante desconocido, sino a uno de los cineastas más radicales y complejos del cine independiente de fines de los sesenta en España.
• Filmografía: 1968-69: El «lobby» contra el cordero; Conversaciones con Luis Buñuel. 1970: Beance. 1973: Orfeo herido en el campo de batalla. 1974: De la Cábala nueve en dieciséis para cuatro en ocho.
• Bibliog.: Fernández, Lluís: «Antonio Maenza, la muerte del underground»; Ajoblanco, n.° 52, febrero, 1980. Palacio, Manuel, y otros: Muestra cine experimental español; Aula de Cine, Universidad Complutense, Madrid, 1981. Pérez, Pablo y Hernández, Javier: Maenza filmando en el campo de batalla; Gobierno de Aragón, 1997.



artículo sobre antonio recogido del blog de anton castro

ANTONIO MAENZA. EL MALDITO MODERNO

El escritor, productor, guionista, crítico y realizador de cine Augusto M. Torres publica en Huerga & Fierro un libro sobre “Directores españoles malditos”, entre los cuales figuran los aragoneses Antonio Artero y Adolfo Aznar, pero también Adolfo Marsillach, Iván Zulueta, Félix Rotaeta, Antonio Drove, Jesús Fernández Santos, Claudio Guerín (que falleció por cierto en un accidente, mientras rodaba en Noia, A Coruña) o él mismo, pero también Azucena Rodríguez, Vicente Molina Foix, Antonio Betancor (autor de “Valentina” o “1919”, inspiradas en “Crónica del alba” de Sender, o “Mararía”), José Luis Guerín (que obtuvo un gran éxito con “En construcción”), Fernando Méndez-Leite, Miguel Picazo o Armand Guerra, cuya “Carne de fieras” (1936) restauró la Filmoteca de Zaragoza. Dice Torres, en una advertencia al lector, que el libro aborda los directores españoles “que, a pesar del interés de una o varias de sus películas, nunca han triunfado en el terreno del cine, a los que denomino malditos porque es una palabra que me gusta y que, además, los editores consideran muy comercial”. Recuerda que quiere ser una “obra de consulta” que nace de la casualidad. Lo más sorprendente es que en el volumen, de 376 páginas, no se incluya a un auténtico maldito como Antonio Maenza, el realizador turolense que rodó “El lobby contra el cordero”. Maenza y Artero, Artero y Maenza, son nuestros malditos por excelencia. Por ello, a modo de complemento y de recuerdo de ese “moderno maldito”, incorporamos al blog un breve recuerdo de Antonio Maenza, bien estudiado entre nosotros por Javier Hernández y Pablo Pérez.

Aragón también ha tenido cineastas vanguardistas, de vida fugaz y una imaginación atropellada, que lo mismo descubrían la música moderna, la canción de autor, el estructuralismo, la poesía europea más experimental o complejas filosofías. Uno de los ejemplos más claros es Antonio Maenza, nacido en Teruel en 1948 y fallecido en 1979 envuelto en circunstancias misteriosas: parece ser que se arrojó por la ventana de su casa con funestas consecuencias. Aquel acto -hay conjeturas acerca de que pudo ser defenestrado o de una venganza entre homosexuales, con lo cual estaríamos hablando de un crimen sin paliativos-, ponía final a una existencia convulsa y maldita de universitario inquieto e inquietante, de cineasta incipiente, de moderno paranoico y crítico; no en vano, Antonio Maenza, víctima de inestabilidades emocionales, había estado en psiquiátricos y a veces su compañía recordaba el cuento de “El perseguidor” de Julio Cortázar...




otro artículo sobre antonio recogido del blog de anton castro

MAENZA: HISTORIA DE UN CINEASTA MALDITO

Uno de los turolenses más sorprendentes de los últimos tiempos fue el cineasta, escritor y activista José Antonio Maenza (Teruel, 1948-- Zaragoza, 1979): adalid del cine independiente, revolucionario a su modo (era claramente anarcoide y refractario a cualquier ideología), e intelectual inquietante: desde muy joven fue un gran lector, al principio de Martín Vigil, dicho sea de paso, pero luego de pensadores, psiquiatras, estructuralistas, poetas como William Blake o el Conde de Lautréamont. E incluso llevó un diario bastante suculento, en el cual apuntaba sus minúsculas frustraciones, sus descubrimientos o anotaba matices de su personalidad: "Soy muy sensible a lo bueno y más a lo bello. Sensible a la sensibilidad". También refería cómo lo sosegaban la comunión o el rosario o cómo se le pasaba por la cabeza la idea de meterse cura. Poco más se sabe de su niñez turolense. Su padre tenía una tienda de colchones. Veneró siempre a su madre: cuando falleció en 1971, en José Antonio Maenza se recrudeció el complejo de Edipo. Iba al cine más por pasatiempo que por otra cosa, le interesó mucho El Evangelio según san Mateo de Pasolini y ya era muy proclive a las depresiones. Tampoco soportaba que no reconociesen su madurez.
En Zaragoza, cuando ingresó en la Universidad, halló el caldo de cultivo ideal para desarrollar una personalidad apabullante y a la vez devoradora. Aquí se encontró con el escritor y editor Enrique Murillo, que realizaba el servicio militar. Padre de gemelos, Maenza y él robaban ayudados por el carro en la librería Hesperia de Luis Marquina. Maenza fue toda su vida un cleptómano: robaba libros (Marcuse, Eco), objetos, recuerdos allá donde podía; a su amigo Ignacio Prat, al que respetaba y admiraba por su inteligencia y sensibilidad, le sustrajo una antigua daga con sangre sarracena; al fotógrafo Xavier Miserachs, un abrigo; a Enrique Vila--Matas, un pantalón y una camisa, en los tiempos de la gauche divine, de Bocaccio y de gran promiscuidad erótica. Al parecer, Maenza, era homosexual...

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